Cine, lo que vamos viendo. Tres reseñas (nº CXI)
Fecha estelar:-304453.6
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Películas reseñadas:
- Meari to majo no hana (Mary y la flor de la bruja, 2017)
- Una vida a lo grande (Downsizing, 2017)
- Godzilla contra King Ghidorah (Gojira vs. Kingu Gidorâ, 1991)
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Una vida a lo grande (Downsizing, 2017)
Dir. Alexander Payne
Una película demasiado errática y totalmente engañosa si uno se guía por lo que muestra el título en castellano o lo por que se ve en los trailers. Que, por cierto, muestran imágenes que no aparecen en la película, precisamente imágenes que ayudan al despiste.
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Godzilla contra King Ghidorah (1991)
Dir. Kazuki Omori
Dos años después de que Omori dirigiera el enfrentamiento de Godzilla contra Biollante, retoma la franquicia para enfrentarlo contra King Ghidorah en plena etapa Heisei, donde Godzilla no para de destruir el Japón y se enfrenta a diferentes monstruos.
3/10 - Floja
Nº de películas reseñadas en el blog: 414
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Películas reseñadas:
- Meari to majo no hana (Mary y la flor de la bruja, 2017)
- Una vida a lo grande (Downsizing, 2017)
- Godzilla contra King Ghidorah (Gojira vs. Kingu Gidorâ, 1991)
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Meari to majo no hana (Mary y la flor de la bruja, 2017)
Dir.: Hiromasa Yonebayashi
“Meari to majo no hana” (Mary y la flor de la bruja, 2017) es el tercer largometraje de Hiromasa Yonebayashi, un director que, hasta su anterior trabajo, “Omoide no Mânî” (El recuerdo de Marnie, 2014), aparecía relacionado con el estudio Ghibli. Es en este estudio donde debuta como director con la notable “Karigurashi no Arietti” (Arrieti y el mundo de los diminutos, 2010), habiendo trabajado anteriormente como “Key Animator” (es decir, asumiendo responsabilidad en la animación de las escenas en las que interviene) en algunas de las principales películas del estudio, empezando con Mononoke Hime en 1997.
El 3 de agosto de 2014, Toshio Suzuki, productor y uno de los fundadores del estudio Ghibli, anunció que pausaban la producción de largometrajes ante la necesidad de reestructuración del estudio. El resultado, hasta ahora, es que el último largometraje realizado en Ghibli es, precisamente, “El recuerdo de Marnie”. En el año 2015 el productor jefe del estudio Ghibli, Yoshiaki Nishimura y otros miembros del estudio, entre ellos Yonebayashi, fundan el estudio Ponoc, del que “Mary y la flor de la bruja” es el primer largometraje. Parece que la silueta de la protagonista, Mary, formará parte del logotipo del estudio, con un estilo similar al Totoro de Ghibli. Es también, quizás, una declaración de intenciones, de dejar claro que la esencia de las películas del estudio Ghibli, películas de las que ellos han formado parte, va a continuar de un modo u otro. Desde luego así me lo parece una vez vista y disfrutada “Mary y la flor de la bruja”.
Mientras vas contemplando la película de Hiromasa Yonebayashi es imposible no estar continuamente recordando escenas de muchas películas Ghibli. Aquí hay mucho, muchísimo de “El viaje de Chihiro”, pero aún lo hay más de “El castillo ambulante”. Visualmente son las referencias principales pero no las únicas porque también tenemos las islas volantes de “El castillo en el cielo”, los bosques de “La princesa Mononoke”, las peripecias de “Nicky, la aprendiz de bruja”, o, si me apuran, las rebeldías capilares de Fujimoto en “Ponyo en el acantilado”. Todas estas influencias no hacen sino favorecer una película que, visualmente, resulta ser una joya. No hay nada que se pueda reprochar, desde la animación perfecta a la exquisitez de los fondos de interiores o a los paisajes rurales, desde la magnificencia del bosque al detallismo de los rincones y la simpleza de la valla en la vereda como “puerta” de entrada al mundo mágico. Siempre hay una puerta. Un dibujo extremadamente cuidado y esmerado que es marca de la nueva casa y fruto de la experiencia de años de trabajo.
Adolece la película, no obstante, de cierta profundidad en la historia, bastante más sencilla (infantil no es la palabra) y predecible. Se echa de menos la superación, el viaje introspectivo de la protagonista, conocer sus miedos o preocupaciones. No parece que existan conflictos internos en Mary, o no se ha querido complicar la historia con ellos. Y no puede ser el motivo la falta de capacidad para hacerlo, porque en este sentido su película anterior, “El recuerdo de Marnie”, sí que lo hace, lo consigue y el resultado es, en mi opinión, bastante superior. En cualquier caso, “Mary y la flor de la bruja” resulta ser una película muy, muy, recomendable.
Un par de curiosidades/datos para terminar:
La actriz que da voz (seiyū) a Mary es Hana Sugisaki, que también interpreta, por si alguien quiere ponerle cara, a Rin Asano en la adaptación de Takashi Miike de “La espada del inmortal”. Anteriormente Hana Sugisaki ya había sido la seiyū del personaje de Sayaka en “El recuerdo de Marnie”
Por su parte la voz de Peter es de Ryûnosuke Kamiki, que también aparece en la última de Miike, “JoJo’s Bizarre Adventure”, película a la que no pienso ni acercarme. Mejor recordar a Ryûnosuke Kamiki por ser la voz de Taki en “Your Name”, de Makoto Shinkai.
7/10 - Buena
Dir.: Hiromasa Yonebayashi
“Meari to majo no hana” (Mary y la flor de la bruja, 2017) es el tercer largometraje de Hiromasa Yonebayashi, un director que, hasta su anterior trabajo, “Omoide no Mânî” (El recuerdo de Marnie, 2014), aparecía relacionado con el estudio Ghibli. Es en este estudio donde debuta como director con la notable “Karigurashi no Arietti” (Arrieti y el mundo de los diminutos, 2010), habiendo trabajado anteriormente como “Key Animator” (es decir, asumiendo responsabilidad en la animación de las escenas en las que interviene) en algunas de las principales películas del estudio, empezando con Mononoke Hime en 1997.
El 3 de agosto de 2014, Toshio Suzuki, productor y uno de los fundadores del estudio Ghibli, anunció que pausaban la producción de largometrajes ante la necesidad de reestructuración del estudio. El resultado, hasta ahora, es que el último largometraje realizado en Ghibli es, precisamente, “El recuerdo de Marnie”. En el año 2015 el productor jefe del estudio Ghibli, Yoshiaki Nishimura y otros miembros del estudio, entre ellos Yonebayashi, fundan el estudio Ponoc, del que “Mary y la flor de la bruja” es el primer largometraje. Parece que la silueta de la protagonista, Mary, formará parte del logotipo del estudio, con un estilo similar al Totoro de Ghibli. Es también, quizás, una declaración de intenciones, de dejar claro que la esencia de las películas del estudio Ghibli, películas de las que ellos han formado parte, va a continuar de un modo u otro. Desde luego así me lo parece una vez vista y disfrutada “Mary y la flor de la bruja”.
Mientras vas contemplando la película de Hiromasa Yonebayashi es imposible no estar continuamente recordando escenas de muchas películas Ghibli. Aquí hay mucho, muchísimo de “El viaje de Chihiro”, pero aún lo hay más de “El castillo ambulante”. Visualmente son las referencias principales pero no las únicas porque también tenemos las islas volantes de “El castillo en el cielo”, los bosques de “La princesa Mononoke”, las peripecias de “Nicky, la aprendiz de bruja”, o, si me apuran, las rebeldías capilares de Fujimoto en “Ponyo en el acantilado”. Todas estas influencias no hacen sino favorecer una película que, visualmente, resulta ser una joya. No hay nada que se pueda reprochar, desde la animación perfecta a la exquisitez de los fondos de interiores o a los paisajes rurales, desde la magnificencia del bosque al detallismo de los rincones y la simpleza de la valla en la vereda como “puerta” de entrada al mundo mágico. Siempre hay una puerta. Un dibujo extremadamente cuidado y esmerado que es marca de la nueva casa y fruto de la experiencia de años de trabajo.
Adolece la película, no obstante, de cierta profundidad en la historia, bastante más sencilla (infantil no es la palabra) y predecible. Se echa de menos la superación, el viaje introspectivo de la protagonista, conocer sus miedos o preocupaciones. No parece que existan conflictos internos en Mary, o no se ha querido complicar la historia con ellos. Y no puede ser el motivo la falta de capacidad para hacerlo, porque en este sentido su película anterior, “El recuerdo de Marnie”, sí que lo hace, lo consigue y el resultado es, en mi opinión, bastante superior. En cualquier caso, “Mary y la flor de la bruja” resulta ser una película muy, muy, recomendable.
Un par de curiosidades/datos para terminar:
La actriz que da voz (seiyū) a Mary es Hana Sugisaki, que también interpreta, por si alguien quiere ponerle cara, a Rin Asano en la adaptación de Takashi Miike de “La espada del inmortal”. Anteriormente Hana Sugisaki ya había sido la seiyū del personaje de Sayaka en “El recuerdo de Marnie”
Por su parte la voz de Peter es de Ryûnosuke Kamiki, que también aparece en la última de Miike, “JoJo’s Bizarre Adventure”, película a la que no pienso ni acercarme. Mejor recordar a Ryûnosuke Kamiki por ser la voz de Taki en “Your Name”, de Makoto Shinkai.
7/10 - Buena
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Una vida a lo grande (Downsizing, 2017)
Dir. Alexander Payne
Una película demasiado errática y totalmente engañosa si uno se guía por lo que muestra el título en castellano o lo por que se ve en los trailers. Que, por cierto, muestran imágenes que no aparecen en la película, precisamente imágenes que ayudan al despiste.
El principal problema es que la película se toma demasiado tiempo en
llevarte a la parte más interesante. Tanto como que tiene que
transcurrir más de media película. Demasiado lenta para lo que está
contanto. Da la sensación que con media hora menos de esta parte el
asunto podría haber ido mucho mejor, pero es precisamente la parte que
se vende en las promociones y, quizás, el camino que toma la historia no
ha sido del agrado general. La película ha sido un fracaso ya que,
hasta ahora, ni siquiera ha cubierto los costes de producción.
A pesar del aburrimiento general del principio, algo hay que se pude salvar. Véase todo el proceso de miniautización que sufre Matt Damon y los demás aspirantes, la forma en que ve todo esto es brillante. Y tiene su aquél si tenemos en cuenta dónde trabaja el protagonista. No diré más, aunque tampoco es que haya mucho más. Incluso hubo un momento en que pensé en cortar la película para terminar de verla en otro momento, pero, es aparecer Hong Chau en escena y la película cambia radicalmente, se me hace mucho más interesante. Y no solo por el giro de la historia, también porque la actriz es, con diferencia, lo mejor de la película.
6/10 - Interesante
A pesar del aburrimiento general del principio, algo hay que se pude salvar. Véase todo el proceso de miniautización que sufre Matt Damon y los demás aspirantes, la forma en que ve todo esto es brillante. Y tiene su aquél si tenemos en cuenta dónde trabaja el protagonista. No diré más, aunque tampoco es que haya mucho más. Incluso hubo un momento en que pensé en cortar la película para terminar de verla en otro momento, pero, es aparecer Hong Chau en escena y la película cambia radicalmente, se me hace mucho más interesante. Y no solo por el giro de la historia, también porque la actriz es, con diferencia, lo mejor de la película.
6/10 - Interesante
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Godzilla contra King Ghidorah (1991)
Dir. Kazuki Omori
Dos años después de que Omori dirigiera el enfrentamiento de Godzilla contra Biollante, retoma la franquicia para enfrentarlo contra King Ghidorah en plena etapa Heisei, donde Godzilla no para de destruir el Japón y se enfrenta a diferentes monstruos.
Por mucho cariño que se le tenga al monstruo, a la idea del mismo, uno
no se puede engañar a sí mismo y pensar que estas películas son buenas,
que no lo son y están bastante lejos de serlo. Sin embargo, pues que no
se pueden dejar de ver, son películas malas que gustan. Es así. Y el
poster es, con diferencia, lo mejor.
Estableciendo una especie de baremo con las dos películas de Omori, Godzilla contra Biollante (1989) es bastante mala, peor que Godzilla contra King Ghidorah. El motivo: la ida de olla que es la historia que se monta aquí, que incluye viajes en el tiempo. Cualquier película con viajes temporales entretiene, en cierto modo. En este caso se trata de contar el origen de Godzilla, y de cambiarlo, que para eso se viaja en el tiempo, desde el siglo XXIII hasta 1992, luego hasta el final de la segunda guerra mundial. Pero luego la cosa no se da bien y hay que ir al futuro de nuevo, primero a 1992, luego, otra vez al siglo XXIII y vuelta al 1992 para montar un King Ghidorah-Mecha,.... No me dirán que no pasan cosas. Pues hay más, una especie de terminator que es fiel servidor insertándole el CD-Rom correspondiente en la memoria y que, si no te da vergüenza ajena verlo correr, ya puedes decir que la película te está entreteniendo. Eso sí, hay tres bichos-mascotas en la nave que viene del futuro que son insalvables bajo cualquier punto de vista.
Interpretaciones, siendo benévolo, muy justitas, mucho corchopan, Godzilla a su ritmo, maquetas, efectos especiales petarderos, .... así son muchas películas de Godzilla, son malas, pero molan.
Mención especial merece la música de Akira Ifukube. Es el autor de la mítica y reconocible música del Godzilla de 1954 y aquí la utiliza en momentos clave.
Estableciendo una especie de baremo con las dos películas de Omori, Godzilla contra Biollante (1989) es bastante mala, peor que Godzilla contra King Ghidorah. El motivo: la ida de olla que es la historia que se monta aquí, que incluye viajes en el tiempo. Cualquier película con viajes temporales entretiene, en cierto modo. En este caso se trata de contar el origen de Godzilla, y de cambiarlo, que para eso se viaja en el tiempo, desde el siglo XXIII hasta 1992, luego hasta el final de la segunda guerra mundial. Pero luego la cosa no se da bien y hay que ir al futuro de nuevo, primero a 1992, luego, otra vez al siglo XXIII y vuelta al 1992 para montar un King Ghidorah-Mecha,.... No me dirán que no pasan cosas. Pues hay más, una especie de terminator que es fiel servidor insertándole el CD-Rom correspondiente en la memoria y que, si no te da vergüenza ajena verlo correr, ya puedes decir que la película te está entreteniendo. Eso sí, hay tres bichos-mascotas en la nave que viene del futuro que son insalvables bajo cualquier punto de vista.
Interpretaciones, siendo benévolo, muy justitas, mucho corchopan, Godzilla a su ritmo, maquetas, efectos especiales petarderos, .... así son muchas películas de Godzilla, son malas, pero molan.
Mención especial merece la música de Akira Ifukube. Es el autor de la mítica y reconocible música del Godzilla de 1954 y aquí la utiliza en momentos clave.
3/10 - Floja
Nº de películas reseñadas en el blog: 414
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Recuerda,
amigo lector, que estas reseñas están basadas única y exclusivamente en
mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto
de los mortales.
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