La leyenda del hilo rojo. Kimi no na wa (2016)
Fecha estelar: -305721.9
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Kimi no na wa (Your name, 2016)
Dir. Makoto Shinkai
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Recuerda, amigo lector, que esta reseña está basada única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.
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Kimi no na wa (Your name, 2016)
Dir. Makoto Shinkai
Dejando a un lado Hoshi o Ou Kodomo (Viaje a Agartha, 2011) que más me parece un homenaje que Makoto Shinkai hace de El castillo en el cielo de Miyazaki, pero incuso en esta película también pues ahí están las motivaciones de su protagonista y las del profesor Morisaki, todo el cine que Shinkai ha realizado hasta ahora tiene unos cuantos lugares comunes, temas que en mayor o menor medida siempre están presentes y que permiten al director asentar la idea de cómo aquel romance adolescente deja marcado para siempre el posterior vivir de sus protagonistas. Y estos lugares son la separación forzada o inevitable, la melancolía posterior, el recuerdo constante de aquellos días, el anhelo por el reencuentro, la rebeldía por el determinismo vital que les ha llevado a la situación en la que se encuentran.
Y la vida escolar, y los trenes, y los pasos a nivel, y el caer de la nieve o los pétalos de cerezo, y la amplitud de los cielos, su luz, su color, sus rayos crepusculares, ….
El caso es que, visto así, pudiera parecer que sus películas son excesivamente cursis o sensibleras y ciertamente tienen sus momentos, pero Shinkai envuelve estos romances en unos “decorados” muy originales que van desde la ciencia ficción y los mundos alternativos de sus primeras películas hasta la más pura fantasía y tradición de Agartha o de Kimi no na wa. Solo Kotonoha no Niwa (El jardín de las palabras, 2013) no toma de estos mimbres y por eso la historia se resiente pues no deja de ser casi un pastel rosa que, eso sí, tiene un dibujo de fondos hiperrealista espléndido, mejor incluso que el que se puede contemplar en Kimi no na wa.
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Buena parte de los recursos narrativos y visuales de Kimi no na wa ya estaban presentes en las dos primeras películas de Makoto Shinkai |
Dejando a un lado sus cortos, que en alguno de ellos también, es en su primer mediometraje y en sus dos largometrajes posteriores donde ya aparecen sus ideas principales, los lugares comunes que se repiten en mayor o menor medida en sus películas posteriores hasta llegar hasta Kimi no na wa y conseguir, hasta la fecha, su mejor película con diferencia. Es imposible no ver el germen de la idea del Viaje a Agartha en su primer mediometraje, Hoshi no koe (Voces de una estrella, 2002), o de la gran importancia que tiene Kumo no Mukô, Yakusoku no Basho (El lugar que nos prometimos, 2004) en la historia que Shinkai desarrolla en Kimi no na wa. Estas dos películas comparten la idea de comunicarse a través de los sueños y tienen soluciones idénticas, es decir, tienen incluso un plano crucial casi idéntico.
El caso es que ya sea tomando ideas de su primer largo, y también de su posterior Byôsoku go Senchimêtoru (Cinco centímetros por segundo, 2007), Makoto Shinkai ha logrado finalmente componer una historia sobre la predestinación de dos personas a conocerse y a quedar unidas. No deja de ser, el director lo muestra claramente en su película, la leyenda japonesa del “hilo rojo” (de la que tan peculiar versión diera Takeshi Kitano en Dolls -2002-). Eso sí, Shinkai, que firma el guion, ha sabido envolver la leyenda de una forma original y con un giro sorprendente para que a través de la fantasía, la tradición y el sintoismo sus protagonistas lleguen a conectar en el espacio y en el tiempo. Es la diferencia con El lugar que nos prometimos pues allí el resultado de los universos paralelos y su convergencia mecanocuántica dio lugar a una película que resultó ser excesiva e innecesariamente compleja en sus explicaciones.
En Kimi no na wa la conexión es otra y, ciertamente, Shinkai no entra en explicar o desarrollar demasiado los mecanismos fantásticos que unen a sus protagonistas, simplemente los plantea y nos muestra sus reglas principales porque está más interesado en mostrar (y lo logra) la tristeza, la desazón, la melancolía y el anhelo de sus personajes. Ahora bien, esta vez sí que consigue un mayor interés no solo por la originalidad de la historia, o por el buen ritmo que tiene toda la narración, o porque también tiene buenos momentos de hilaridad, sino también porque sus protagonistas están bien desarrollados y están rodeados de otros personajes secundarios también interesantes de por sí. Si entras al trapo de la historia es posible que, por muy dura roca que seas, necesites de algún que otro kleenex, …. doy fe.
Y todo esto con una buena banda sonora en la que Shinkai no evita la utilización de temas musicales, canciones, para contar rápidamente parte de la historia, una especie de momentos video-clip que en sus otras películas utilizó a modo de final/epílogo y que aquí utiliza en varias ocasiones. Y además con una animación más que correcta, algo sosa de rostros pero con un dibujo muy detallista, impresionante en los fondos. Los encuadres de Shinkai son muy característicos pues ya los viene haciendo desde sus primeros trabajos. La calidad técnica, el juego de luces, el realismo de los paisajes urbanos o el preciosismo de los paisajes, las vistas de los cielos inmensos desde el suelo, sus nubes y las líneas que los cruzan, … impresionante. Una pena no haber podido ver esta película en una pantalla grande.
(Una muestra del realismo de los fondos dibujados en esta película en este enlace)
(Una muestra del realismo de los fondos dibujados en esta película en este enlace)
--- zona spoiler ---
¡Qué importantes son los cruces entre las personas en la ciudad y pensar que a esa persona la conoces de algo!
En Shinkai, otra vez, es algo recurrente. Recordando el final ciertamente triste de Cinco centímetros por segundo, esperando que el tren interminable deje de pasar para ver si esa persona también se ha dado cuenta, te ha reconocido y sigue al otro lado del paso a nivel, …, y viendo el final de Kimi no na wa con varios cruces precedentes, la visión fugaz del lazo rojo, un encuentro en unas escaleras en una calle, ..., durante un instante recuerdas que Shinkai siempre te ha parecido un director melancólico y triste en sus películas, y entonces exclamas...., ¡no tendrás valor de nuevo de dejarnos igual de apesadumbrados que aquella vez!
Trailer.
Trailer.
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Recuerda, amigo lector, que esta reseña está basada única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.
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