Cine, lo que vamos viendo. Cuatro reseñas (publicación nº 26)

Fecha estelar: -306621.4
_____________________________

Películas reseñadas:
- El fugitivo (1947)
- Tanin no kao (El rostro ajeno, 1966)
- Black Mass (2015)
- Rams (El valle de los carneros, 2015)


________________________________________________________________________________
El fugitivo (1947).
Dir. John Ford

John Ford dirigió a lo largo de su vida más de 140 películas, muchas de ellas mudas y, por tanto, bastante inaccesibles a día de hoy. Ahora bien, de sus películas realizadas después de 1939 (Corazones indomables y El joven Lincoln) sí que es posible poder ver casi toda su filmografía y puedo decir, por mi parte, que ésta es una de las más extrañas películas del director. Principalmente por su temática, que al menos a día de hoy me parece una apología del sacerdocio. Y ello a pesar de que la base de la historia que se cuenta fue real, la persecución de sacerdotes en algunos estados de Méjico en la década de los años 30 del siglo pasado. La película se basa en la novela de Grahan Greene “El poder y la gloria”. El caso es que en este aspecto la película no ha envejecido nada bien. Principalmente por el tono excesivo respecto a la idea de sacralizar la imagen del sacerdote. Todo lo contrario de lo que le ocurre a una película muy parecida y que no envejece, de Luis Buñuel, Nazarín (1959).
A pesar de todo, es una película de John Ford con un poderío visual increíble en la utilización y el encuadre en blanco y negro.
Una película muy expresionista. Sobre todo por la utilización del claroscuro en una película con un alto contraste entre las escenas en la calle y las escenas de interior donde no hay prácticamente luz. A pesar de que hay encuadres que están para el ensalzamiento de la idea del film, hay también muchas escenas poderosas, como aquella donde Pedro Armendáriz habla con Henry Fonda en una celda casi sin luz, donde la cara de Armendáriz casi no se ve y solo le brillan las pupilas, que casi da terror.
7/10 - Buena



______________________________________________________________________________
Tanin no kao (El rostro ajeno, 1966).
Dir. Hiroshi Teshigahara

Dos años después de que Teshigahara realizara la que es, en mi opinión, su obra maestra “La mujer de la arena” (1964), Teshigahara sigue con sus complejas visiones de la realidad. En este caso con el tema de la identidad propia, la utilización de la doble identidad y la tendencia que nos puede dar hacia acciones de moralidad discutible. Porque, aunque la película suele catalogarse como ciencia ficción, la realidad es que el cambio de rostro no es más que un macguffin. Teshigahara nos ofrece dos visiones, dos historias y dos derivas diferentes sobre el mismo asunto.
Hay momentos en los que la película se ralentiza en exceso. Ciertamente pudiera ser que la historia de la chica y su hermano no sea necesaria pues contribuye a esa ralentización. Por otra parte, esto es habitual en el cine japonés y Teshigahara no puede evitar su espíritu transgresor para con esta historia de la chica que, aunque no lo pueda parecer, sí que tiene finalmente un tratamiento mucho más amable que la historia principal.
Ahora bien, es en la historia principal donde Teshigahara despliega todo su poderío visual. Aunque la película se puede hacer kafkiana, pesada por su tono excesivamente discursivo, el resultado en su aspecto visual es de lo más sobresaliente. Y, claro está, aquí el responsable es el director que es capaz de perturbarte, hacerte alucinar, dudar si estás viendo algo real, alegórico, o si estás dentro de la mente del protagonista cuando pasas por ese laboratorio. También es de alabar lo bien resuelto que está todo el asunto del cambio de rostro, tanto que Teshigahara no tiene reparos en acercar la cámara hasta mismamente la piel de las personas, que no deja de ser el fetiche aquí.
En definitiva, el cine de Hiroshi Teshigahara es cine diferente, a reivindicar.
7/10 - Buena



________________________________________________________________________________
Black Mass (2015)
Dir. Scott Cooper

El material de partida es la historia verdadera de la relación entre el FBI y la mafia irlandesa dirigida por Whitey Bulger, desde mediados de los setenta y durante los años ochenta. Con esta historia, a partir de la novela que narra los hechos, el director Scott Cooper ha realizado una película sin alma alguna, que transcurre monótona, lenta y previsible, como el andar del zombi que quiere atrapar a su víctima. El poco interés se centra finalmente en, si no conoces la historia real, llegar al final para leer las típicas frases que informan sobre cómo acabó cada personaje real y su situación actual.
Los problemas de Black Mass son, al menos, dos. El primero, la poca personalidad del director que simplemente se ha visto Infiltrados (2006) y alguna película más de Scorsese y pretende imitarle, pero sin acercarse, siquiera, a la suela de sus zapatos. Scott Cooper da aquí un paso atrás respecto de su anterior y buena película Out of the Furnace (2013).
Pero el segundo problema es peor. ¿Puede cargarse una calva postiza y unas lentillas azul claro una película? Pues sí.
Por lo visto Johnny Depp en su intento de no hacer siempre la misma película (que es lo que estaba haciendo con Tim Burton y con la saga de piratas y sudedáneos) necesita esconderse tras unos kilos de maquillaje y la inexpresividad que da la pupila inmóvil de unas lentillas postizas. Pero no lo consigue, no se puede esconder. En la mayoría de las escenas, la visión hipnótica del actor así caracterizado hace que no prestes atención a nada de lo que dice, vamos que te saca de la película.
5/10 - Pasable



________________________________________________________________________________
Rams (El valle de los carneros, 2015).
Dir. Grímur Hákonarson

Interesante película islandesa, aunque excesivamente minimalista. Es la historia de dos hermanos que no se hablan desde hace 40 años pero que tienen que compartir la finca familiar separados por tan solo una valla. La cuestión es cómo van a llevar su relación cuando se decreta una epidemia ovina en la zona.
Lo interesante de la película, aparte de querer saber hasta dónde van a llevar los protagonistas su relación, es el tono semi-documental donde se muestra cómo se desarrolla la vida cotidiana en un lugar tan inhóspito y desconocido como es el norte de Islandia. Por otra parte, desde luego, es una película sobre la soledad aceptada, más bien resignada. Todos estos aspectos tienen un desarrollo más que interesante porque, ante una historia tan “simple”, hay mucho tiempo para escenas pausadas y planos contemplativos que, siendo de un mundo cuasi desconocido, resultan interesantes.
Ahora bien, este tono tan excesivamente minimalista, quizás pretendidamente profundo para su presentación a festivales de cine (esta película en concreto ganó el concurso en Cannes en el año 2015), hace que una historia más que interesante se quede, en mi punto de vista, muy corta. Porque una historia así contada puede quedar muy bien para ganar un festival y para que el espectador medite sobre lo que está por venir y que no se cuenta, pero a mí me deja una sensación de quedar a medio camino. Y no es por que precise de mayores explicaciones, sino porque la película consigue abrir la curiosidad por saber más, al menos algo del pasado de los dos protagonistas y algo más del futuro de los dos hermanos y de los carneros, que parece que nadie se acuerda de ellos.

6/10 - Interesante




------------------




Recuerda, amigo lector, que estas reseñas están basadas única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.





 -

Comentarios

Entradas populares

Lo más visitado