Star Wars VII, ¿El despertar de una nueva esperanza de la Fuerza?
Fecha estelar: -307022.5
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¿Cuál ha sido el resultado?
Ciertamente no se puede negar que la saga de Star Trek ha resurgido gracias a las dos primeras películas de Abrams, pero también que ha dejado por el camino un buen reguero de trekkies (entre los que me incluyo) que aborrecen de esta nueva línea temporal. Aquí la Paramount dio manga ancha a Abrams para conseguir revitalizar la franquicia. Así, el director (y los guionistas) optaron por reiniciar la saga metiendo mucha mano en algunos aspectos esenciales y característicos de Star Trek. Se consiguió el objetivo, la saga se ha revitalizado, han surgido nuevos seguidores, y…. se creó el cisma en el mundo trekkie. Muchos seguidores aceptan este reboot, este giro juvenil, semi-transformación de Star Trek en Star Wars, quizás porque no ven otra manera de poder alargar la vida del universo y poder disfrutar de más historias. Pero yo no puedo tragar con esto, con esta visión sin descanso para contar las cosas (el ritmo) y, sobre todo, con este mancillar de lo que siempre he creído era la esencia del universo Star Trek, las señas de identidad de la franquicia. (Véase una reseña a Star Trek: en la oscuridad aquí)
El resultado con el episodio VII de Star Wars ha sido parecido pero con diferencias significativas. Aquí J. J. Abrams ha estado más contenido. Lo que no adivino es si esta contención se debe a que la productora lo ha estado sujetando y no le ha dado manga ancha o si es el propio Abrams el que no se ha atrevido con una historia original. Dado que las próximas entregas no van a ser dirigidas por él, me inclino más por la primera opción. Pero el caso es que también se ha creado un cisma entre los seguidores de Star Wars.
Star Wars VII no arriesga casi nada. Retoma el aspecto visual de la trilogía original para contar casi exactamente la misma historia, como si fuera un intento del imperio Disney de empezar de nuevo para poder así disfrutar completamente de todos los derechos y aparcar el origen de todo, el episodio IV, que sigue en manos de la 20th Century Fox. Esto no es un reboot, es, como muchos dicen, un episodio IV versión 2.0. Es el lastre de la película, que empieza bien, a buen ritmo, pero que se va desinflando muy rápidamente cuando todo te va pareciendo un déjà vu. Al igual que hizo en Star Trek, J. J. Abrams no es tonto y siembra toda la película de guiños y guiños al fan clásico, aunque aquí lo tiene más fácil porque es que no cambia ni los escenarios, hasta usa los mismos planetas con distintos nombres. Esto, al menos, te mantiene en cierto modo atento a la pantalla y contrarresta la falta de interés de una historia ya contada.
Pero hay aspectos esenciales en la mitología de Star Wars creada a lo largo de los años que no se cuidan y que pueden ser el motivo del cisma provocado. Lo más esencial, la Fuerza, es tratada con demasiada frivolidad (no sé si es la palabra correcta cuando todavía arrastramos el problema de los midiclorianos). Así, tenemos a un personaje principal que de pronto domina la Fuerza, de un minuto para otro, sin entrenamiento de ningún tipo porque es lo que hace falta para salir de la situación, porque sí. Y también tenemos un seguidor del lado oscuro, como siempre el personaje más interesante con diferencia según veremos, supongo, en posteriores entregas. Kylo Ren se nos muestra con un gran poder, pero unos ratos sí y otros ratos no. Por no hablar lo pequeña que debe ser esta galaxia, circunstancia que explica la facilidad de encuentro entre personas y la facilidad de encuentro de las cosas. ¡Claro que la galaxia es pequeña! por eso no hay que decir que hay varios de estos encuentros que ocurren porque sí, sin explicación alguna, asuntos largos de explicar no siendo el momento oportuno para ello, que diría algún personaje.
Finalmente, creo que no se ha cuidado mucho a los personajes de la trilogía clásica. Para empezar, el "estado" de R2-D2 se ventila con una simple frase y el "cambio de estado" tiene lugar, de nuevo, porque sí. Especialmente se maltrata a Leia cuyo papel prácticamente se limita a un par de cameos y no precisamente bien encuadrados para con una actriz maltratada por los años. Han Solo sí que tiene un papel más relevante, con excesos chistosos que están bien. Pero sin mesura fácilmente se roza el patetismo, sobre todo viéndole decir de su propia boca a alguien que es un friki (WTF!).
En definitiva, el problema de la película es el guion, la historia que se cuenta y el desarrollo de la misma. Hay otros aspectos de la película que no son criticables negativamente, todo lo contrario. Nunca he pensado que la saga de Star Wars sea ciencia ficción, es pura aventura fantástica y la película de J. J. Abrams sigue claramente en esa línea. Los nuevos actores no están mal, especialmente Daisy Ridley que está muy bien tanto en las escenas dramáticas como en las de acción. El aspecto visual es impecable y las escenas de acción aquí sí están mejor rodadas que en ocasiones anteriores cuando el uso de la cámara en mano para meterse en medio de una pelea hace que no te enteres de nada. Por suerte además, el que tuviera “sujeto” a Abrams no le ha dejado poner los dichosos destellos, motivo por el que debemos estar agradecidos. Hay bastantes efectos físicos, maquetas y modelos para que los actores puedan que interactuar con ellos y la integración del conjunto resulte perfecta. Aunque no me resisto a mencionar que el CGI de los rostros digitales (personajes de Maz Kanata y Snoke) no está, en mi opinión, del todo bien conseguido, especialmente cuando tenemos el contrapunto en los personajes de Gollum y Smaug de El Hobbit.
Por cierto, han pasado 30 años y los stormtrooper siguen con la misma puntería.
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Recuerda, amigo lector, que esta reseña está basada única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.
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Aviso a navegantes: según quien sea el lector, puede considerar, o no, que esta crítica contiene algunos spoilers.
Primera película de una nueva trilogía para el universo Star Wars, controlado hoy por el Imperio…… Disney. Aparte de, claro está, todos los spin-off que se puedan realizar para engrosar las arcas del imperio, para revitalizar la saga los nuevos dueños del cotarro ponen al mando a J. J. Abrams, entre cuyas credenciales seguro debía estar el haber conseguido lo propio con la moribunda saga de Star Trek.
Primera película de una nueva trilogía para el universo Star Wars, controlado hoy por el Imperio…… Disney. Aparte de, claro está, todos los spin-off que se puedan realizar para engrosar las arcas del imperio, para revitalizar la saga los nuevos dueños del cotarro ponen al mando a J. J. Abrams, entre cuyas credenciales seguro debía estar el haber conseguido lo propio con la moribunda saga de Star Trek.
¿Cuál ha sido el resultado?
Ciertamente no se puede negar que la saga de Star Trek ha resurgido gracias a las dos primeras películas de Abrams, pero también que ha dejado por el camino un buen reguero de trekkies (entre los que me incluyo) que aborrecen de esta nueva línea temporal. Aquí la Paramount dio manga ancha a Abrams para conseguir revitalizar la franquicia. Así, el director (y los guionistas) optaron por reiniciar la saga metiendo mucha mano en algunos aspectos esenciales y característicos de Star Trek. Se consiguió el objetivo, la saga se ha revitalizado, han surgido nuevos seguidores, y…. se creó el cisma en el mundo trekkie. Muchos seguidores aceptan este reboot, este giro juvenil, semi-transformación de Star Trek en Star Wars, quizás porque no ven otra manera de poder alargar la vida del universo y poder disfrutar de más historias. Pero yo no puedo tragar con esto, con esta visión sin descanso para contar las cosas (el ritmo) y, sobre todo, con este mancillar de lo que siempre he creído era la esencia del universo Star Trek, las señas de identidad de la franquicia. (Véase una reseña a Star Trek: en la oscuridad aquí)
El resultado con el episodio VII de Star Wars ha sido parecido pero con diferencias significativas. Aquí J. J. Abrams ha estado más contenido. Lo que no adivino es si esta contención se debe a que la productora lo ha estado sujetando y no le ha dado manga ancha o si es el propio Abrams el que no se ha atrevido con una historia original. Dado que las próximas entregas no van a ser dirigidas por él, me inclino más por la primera opción. Pero el caso es que también se ha creado un cisma entre los seguidores de Star Wars.
Star Wars VII no arriesga casi nada. Retoma el aspecto visual de la trilogía original para contar casi exactamente la misma historia, como si fuera un intento del imperio Disney de empezar de nuevo para poder así disfrutar completamente de todos los derechos y aparcar el origen de todo, el episodio IV, que sigue en manos de la 20th Century Fox. Esto no es un reboot, es, como muchos dicen, un episodio IV versión 2.0. Es el lastre de la película, que empieza bien, a buen ritmo, pero que se va desinflando muy rápidamente cuando todo te va pareciendo un déjà vu. Al igual que hizo en Star Trek, J. J. Abrams no es tonto y siembra toda la película de guiños y guiños al fan clásico, aunque aquí lo tiene más fácil porque es que no cambia ni los escenarios, hasta usa los mismos planetas con distintos nombres. Esto, al menos, te mantiene en cierto modo atento a la pantalla y contrarresta la falta de interés de una historia ya contada.
Pero hay aspectos esenciales en la mitología de Star Wars creada a lo largo de los años que no se cuidan y que pueden ser el motivo del cisma provocado. Lo más esencial, la Fuerza, es tratada con demasiada frivolidad (no sé si es la palabra correcta cuando todavía arrastramos el problema de los midiclorianos). Así, tenemos a un personaje principal que de pronto domina la Fuerza, de un minuto para otro, sin entrenamiento de ningún tipo porque es lo que hace falta para salir de la situación, porque sí. Y también tenemos un seguidor del lado oscuro, como siempre el personaje más interesante con diferencia según veremos, supongo, en posteriores entregas. Kylo Ren se nos muestra con un gran poder, pero unos ratos sí y otros ratos no. Por no hablar lo pequeña que debe ser esta galaxia, circunstancia que explica la facilidad de encuentro entre personas y la facilidad de encuentro de las cosas. ¡Claro que la galaxia es pequeña! por eso no hay que decir que hay varios de estos encuentros que ocurren porque sí, sin explicación alguna, asuntos largos de explicar no siendo el momento oportuno para ello, que diría algún personaje.
Finalmente, creo que no se ha cuidado mucho a los personajes de la trilogía clásica. Para empezar, el "estado" de R2-D2 se ventila con una simple frase y el "cambio de estado" tiene lugar, de nuevo, porque sí. Especialmente se maltrata a Leia cuyo papel prácticamente se limita a un par de cameos y no precisamente bien encuadrados para con una actriz maltratada por los años. Han Solo sí que tiene un papel más relevante, con excesos chistosos que están bien. Pero sin mesura fácilmente se roza el patetismo, sobre todo viéndole decir de su propia boca a alguien que es un friki (WTF!).
En definitiva, el problema de la película es el guion, la historia que se cuenta y el desarrollo de la misma. Hay otros aspectos de la película que no son criticables negativamente, todo lo contrario. Nunca he pensado que la saga de Star Wars sea ciencia ficción, es pura aventura fantástica y la película de J. J. Abrams sigue claramente en esa línea. Los nuevos actores no están mal, especialmente Daisy Ridley que está muy bien tanto en las escenas dramáticas como en las de acción. El aspecto visual es impecable y las escenas de acción aquí sí están mejor rodadas que en ocasiones anteriores cuando el uso de la cámara en mano para meterse en medio de una pelea hace que no te enteres de nada. Por suerte además, el que tuviera “sujeto” a Abrams no le ha dejado poner los dichosos destellos, motivo por el que debemos estar agradecidos. Hay bastantes efectos físicos, maquetas y modelos para que los actores puedan que interactuar con ellos y la integración del conjunto resulte perfecta. Aunque no me resisto a mencionar que el CGI de los rostros digitales (personajes de Maz Kanata y Snoke) no está, en mi opinión, del todo bien conseguido, especialmente cuando tenemos el contrapunto en los personajes de Gollum y Smaug de El Hobbit.
Por cierto, han pasado 30 años y los stormtrooper siguen con la misma puntería.
Recuerda, amigo lector, que esta reseña está basada única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.
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